¿Por qué hacer deporte es tan bueno para nuestra autoestima?

12/09/2023

Es un hecho que has comprobado en tu propia piel: el ejercicio físico hace que nos sintamos mejor. Pasarte la vida delante de una pantalla del ordenador y luego quedarte tirado frente al televisor no es lo mejor ni para tu salud ni para sentirte bien contigo mismo. Todos sabemos lo bien que nos sentimos tras una buena clase de HIIT, una salida en bicicleta o cómo unos kilómetros de carrera transforman un día gris en uno azul. Después de una jornada dura y tediosa, no hay nada como calzarse las zapatillas y salir a correr o ponerse el bañador, o coger la bici o los patines y empezar a nadar, pedalear o patinar. Y es que el ejercicio físico no solo aumenta tu buen humor, sino también tu autoestima. Pero ¿por qué es así? ¿Por qué la actividad física hace que nos sintamos mejor con nosotros mismos?

El ejercicio regular fortalece el corazón y los huesos, disminuye el riesgo de padecer enfermedades crónicas, mantiene el peso bajo control y reduce los sentimientos de ansiedad y desánimo. Además, aumenta los niveles de energía, el tono muscular y el estado físico general, lo que hace que nos sintamos mejor y eso en sí ya sirve para tener una imagen positiva de nosotros mismos. 

Por otro lado, crear un plan de ejercicios y ceñirse a él ya es suficiente como para sentir la satisfacción de haber alcanzado un objetivo.

Pero el ejercicio regular no solo mejora nuestra autoestima porque estemos más fuertes, esbeltos y sanos, sino porque libera más endorfinas, y también consigue que aumentemos la producción de otros tres neurotransmisores: la serotonina, la dopamina y la oxitocina.

El cuarteto de la felicidad

La mejora de la autoestima es sobre todo cuestión de química: cuando hacemos ejercicio de alta intensidad, el cuerpo libera unas sustancias químicas llamadas endorfinas que interactúan con los receptores del cerebro. Estos reducen la percepción del dolor y desencadena una sensación positiva en el cuerpo similar a la de la morfina. Las endorfinas son las responsables de la sensación de euforia que sigue a una carrera o entrenamiento, el famoso “subidón de corredor”.

La práctica deportiva, además de hacer que liberemos más endorfinas, también consigue que aumentemos la producción de otros tres neurotransmisores: la serotonina –responsable de mantener el equilibrio de nuestro estado de ánimo–, la dopamina –que produce sensaciones de placer y relajación– y la oxitocina –que afecta a los comportamientos sociales, sentimentales, patrones sexuales y la conducta parental.

La disminución de la leptina

En el subidón que proporciona el ejercicio intenso interviene, además de “el cuarteto de la felicidad”, una hormona secretada por el tejido adiposo: la leptina. Esta funciona a la inversa que los cuatro famosos neurotransmisores, cuando menos leptina se secreta más rendimos y disfrutamos del entrenamiento. No obstante, para que disminuya la leptina tiene que haber un gasto energético considerable. Según un artículo de los Archivos de Medicina Deportiva, los descensos en los niveles de leptina se produjeron después de un gasto energético importante (900 Kcal aprox), no encontrándose cambios en el grupo que tuvo un gasto de calorías moderado  (200 kcal).

Qué deporte es mejor

Aunque los deportes de mayor intensidad aumenten la producción de los neurotransmisores que nos hacen sentir bien, no hay deportes ni rutinas de entrenamiento que sean mejores que otras a la hora de aumentar la autoestima. Depende mucho del tipo de persona. En general, los deportes de equipo son buenos porque favorecen el compañerismo, el respeto por las diferencias: los miembros de un equipo se sienten más valiosos. Ese reconocimiento grupal es importante para sentirse bien con uno mismo. Sin embargo, el deporte en equipo también conlleva competitividad y eso no es para todo el mundo, y menos aún si tienes baja la moral. Actividades como el yoga o el Chi Kung nos ayudan a reestructurar pensamientos y creencias negativas sobre uno mismo, el entorno y el futuro.

Autoestima en mujeres jóvenes

Un un estudio realizado a mujeres adolescentes en Norfolk, Estados Unidos, descubrió que las jóvenes que siguieron un plan de entrenamiento que incluía correr como actividad principal experimentaron mejoras significativas en la aceptación de su cuerpo, en sus comportamientos alimentarios y en la autoestima. Ese estudio es muy significativo porque lo sujetos fueron mujeres en una edad en la que la autoestima está más baja, cuando se comparan a modelos y actrices, o a otras chicas más populares de su escuela.

Una dieta equilibrada y variada

La oxigenación muscular intensa, que es necesaria para aportar el máximo rendimiento en un esfuerzo intenso, genera radicales libres en el organismo que oxidan las células y el ADN. La producción de radicales libres es mayor durante el ejercicio físico intenso, lo que produce inflamación de los tejidos y daño celular y tiene un efecto directo en nuestra autoestima. Para evitar o reducir estos procesos es importante ingerir alimentos ricos en antioxidantes antes y después del entrenamiento. Los antioxidantes se obtienen a partir de la dieta, pero también con suplementos dietéticos para combatir el estrés oxidativo. Las bebidas isotónicas de Evotion Pro llevan vitaminas A C y E para poder obtener el mayor beneficio posible: evitar la oxidación de las células, mejorar el rendimiento y, de paso, aumentar nuestra autoestima.

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